El XX Simposio Internacional de Literatura del Mundo Hispánico  se realizó con éxito del 13 al 17 de agosto en Carson, California, Estados Unidos. Con la colaboración del Departamento de Lenguas Extranjeras de California State University, Domínguez Hills. Escritores invitados Josefina Leyva, Cuba; Lydia Vélez, Puerto Rico; Rubén Vela, Argentina; Jorge Luis Albertella, Estados Unidos; Agustina Ospina, Colombia; entre otros. Se entregó el premio ILCH a Ester de Izaguirre. En el transcurso de las sesiones los países de América Latina y también de Estados Unidos, Canadá y España, estuvieron representados, por los expositores de sus respectivas culturas. Destacadas figuras de las letras, cuyas obras trascienden las fronteras geográficas, dieron brillo con su presencia y sus palabras a los actos referidos: poetas, narradores, ensayistas y académicos, pertenecientes a asociaciones literarias, centros de estudio y universidades, expusieron sus obras.

        En todos los actos realizados se mantuvo el nivel de excelencia que distingue siempre a los simposios del ILCH; hubo sesiones de crítica literaria, paneles, encuentros de confraternidad, tanto en narrativa como en poesía, presentaciones de libros y diálogos entre los autores y el público presente. Este simposio ha sido de profunda significación, por su número, que nos indica dos décadas de permanencia efectiva y la continuidad de una fructífera labor.

        Durante la apertura, el poeta Rubén Vela improvisó un discurso donde expresa:

[...] Yo cuando sentí el proyecto de Juanita hace veintidós años decía es imposible no se puede conseguir una cosa así, yo he sido director durante muchos años de la dirección de cultura del Ministerio de Relaciones Exteriores, necesitaba mucho dinero, mucha gente, muchas cosas para poder hacer algo, que finalmente se hacía mal, se hacía tarde o no se podía hacer nada. Pero si hay alguien que ha hecho un panamericanismo auténtico, es Juanita Arancibia a través del instituto, a través de los veintidós años de existencia y de trabajo como está hecho aquí. Para mí es muy emocionante, hablar de amigos que han trabajado con fe, con amor y, como decía Santa Teresa se ha luchado por hacer una obra y es muy importante ver que en un momento en que el mundo se desglobaliza totalmente, alguien pueda hacer una empresa como ésta, mantenerla fuera de todo problema político, porque nos hace querer más a Estados Unidos, nosotros los sudamericanos siempre hemos tenido una apreciación un poco desconfiada hacia el gran país del Norte, pero vemos ahora cómo con el contacto con los profesores, con el contacto con nuestras universidades, cómo se va humanizando esa imagen que tenemos de Estados Unidos y eso se hace gracias a la labor de los profesores que enseñan español, a las Universidades que aceptan crear cátedras para español y la labor que hace Juanita Arancibia.

         En la ceremonia de clausura, la Universidad California State, Domínguez Hills en reconocimiento a la ingente tarea de la doctora Juana Arancibia, le otorgó una plaqueta conmemorativa que le entregó el doctor Miguel Domínguez, luego despidió a los congresistas el doctor Donald Castro.